miércoles, 6 de octubre de 2010

Bendita Filipinas

Cuando comencé a meterme de lleno en el mundo de los barcos me comentaron –insistentemente- que uno siempre sabe el día que se sale pero nunca el día que se llega. Las 600 millas aprox. que separan Hong Kong de Manila (Filipinas), nos ha llevado más tiempo de la cuenta; aunque sólo haya sido un día más de lo previsto, a todos se nos ha hecho largo por lo duro que nos ha tratado la mar.

Las condiciones de navegación, con olas de hasta 4 metros, han influido en las actividades que comúnmente se desarrollan a bordo: la cocina ha modificado su menú de cuchareo por algo más sólido y que sea menos propenso a desparramarse por la mesa; estar en cubierta era un trabajo de equilibrio continúo que muchos resolvieron pasando más horas en el sollado, y por ende, encontrarse en cubierta con alguien leyendo, escribiendo o charlando, era bien difícil. Así mismo, las tareas que corresponden a la guardia se redujeron a vigilar y controlar las olas de través, y cómo no, se le dio un descaso a la brocha y otras tareas de mantenimiento: son algunos de los ejemplos con los que confirmar cómo un agente externo al barco (la meteorología y estado de la mar) influyen directamente en, primeramente, en el propio individuo, bien porque se marea y limita sus acciones a espacios de mayor confort, bien por no encontrar en cubierta nada que poder hacer, y seguidamente, al propio grupo que relega la convivencia a tiempo más cortos (como es el momento de almorzar o cenar) o espacios diferentes dentro del barco.


Claro que después de la tormenta llega la calma, en la última jornada pudimos disfrutar de unas increíbles vistas del litoral filipino y la visita de algún que otro amigo que modificó su rumbo para venir a darnos la bienvenida por la borda de estribor. Nuestra estancia en el Archipiélago de San Lázaro será bien intensa: Manila (4 días), Cebú (5 días) y Bohol (10 días).

Nuevamente, el barco -aunque trabajado por la mar-, al igual que la tripulación, se encuentran en buen estado.

1 comentario:

Pitusa dijo...

El Galeón ya ha recorrido muchas islas por Filipinas y se dirige a Singapur... un poco de descanso, entre tanta visita... no viene mal. Me encanta leer las rutinas, las guardias y los pequeños entresijos del Galeón en alta mar!Y por cierto, aprender ese léxico marítico...que para los que somos de secano, nos suena a chino! Gracias Jose, por hacer que disfrutemos a los de aki, de tu aventura!!!Musu!